Conversis Consulting – Marketing orientado a resultados para mercados tecnológicos

Algunas voces autorizadas llevan tiempo anunciando el final del Design Thinking  (con mayúscula) como el gran movimiento que iba a institucionalizar la creatividad y la panacea para solucionar los problemas de innovación en las empresas. ¿Qué deberíamos salvar de un eventual naufragio de esta corriente?

Dejemos a un lado por un momento la obvia constatación de que muchas de las técnicas y herramientas del “pensamiento de diseño”  (empatía, prototipado, multidisciplinariedad…) ya se aplicaban mucho antes de que naciera el término y forman parte del bagaje de la creatividad bien entendida. En los últimos meses son varios los expertos en diseño e innovación (algunos, apóstoles iniciales del Design Thinking) que  están poniendo en duda la capacidad de esta corriente para impulsar la innovación en las organizaciones:

Fuente: Stanford School of Business Design Thinking Boot Camp

Yo prefiero ver el vaso medio lleno y pensar en cómo el design thinking (¿con minúsculas?) aporta un nuevo estilo a la gestión y al pensamiento estratégico y nos puede ayudar a resolver nuestros problemas en innovación y otros campos. En este y el siguiente post os presento algunas ideas, muy influidas por  los trabajos de Idris Mootee, CEO de Idea Couture (una de mis referencias en este tema y profesor en el curso sobre design thinking en la Harvard School of Design):

En la segunda parte del post seguiremos con este análisis, haciendo énfasis en un par de áreas que habían aparecido menos en el blog pero que son dos favoritas personales: la orientación a la acción y la gestión de riesgos.

Este post en “Marketing & Innovación”.

[Desarrollar nuevas ofertas y modelos de negocio en mercados tecnológicos plantea retos muy particulares. Descubre en este documento cómo desarrollar productos que los clientes necesitan.]

6 Respuestas a “Elogio (pre)fúnebre del Design Thinking (1)”

  1. Susana Gonzalez

    Estoy de acuerdo en que la tecnología puede avanzarse a las necesidades de las personas. Muchas de las innovaciones introducidas por Apple, por ejemplo, no respondían a nada que existiese previamente. No obstante, estas innovaciones no habrían triunfado como lo han hecho si su diseño no hubiese tenido un «human-centered, design-based approach» (como dirían en IDEO).

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